El concepto de tiempo en la historiografía: Heidegger, Benjamin, Ricoeur

Hay un supuesto común entre los jóvenes Heidegger y Benjamín, a saber, un rechazo compartido al tiempo “continuo y homogéneo” propio del modelo de la física. Esto se puede apreciar en Heidegger, en su conferencia de Friburgo de 1915 para su venia docente titulada “Der Zeitbegriff in der Geschichtswissenschaft” (Gesamtausgabe, Band 1, pp. 415-425); y se puede apreciar en la misma época, desde 1916, en el joven Benjamin, en su texto “Trauerspeiel y Tragedia” « Trauerspiel und Tragödie » (1916), G.S. II-1, 134 y en “Sobre el programa de la filosofía venidera” (1917). Sin embargo, la comprensión del tiempo por parte de ambos pensadores  difiere radicalmente en el momento de confrontarse a la ontología y al conocimiento del pasado historiogrcopernicana: su idea de revoolucipre en Benjamin un cierto uso de la teologasado comparece ante nosotros y se juega por asáfico. Para Heidegger, el “objeto histórico” “ya no existe”: “Der historische Gegenstand als historischer ist immer vergangen, er existiert streng genommen nicht mehr” (1915: 427). Heidegger saca de esta premisa tres conclusiones fundamentales: (i) el pasado sólo es para un presente; (ii) ese pasado no es para nosotros lo que fue “en sí mismo” (1915: 427); (iii) Hay por ende una lejanía temporal (Zeitferne) entre el historiador y el pasado, que sólo se puede recubrir merced a los valores (Werte) del presente y a una inherencia de valor (Wertbeziehung) en el presente, al modo en el que la Escuela de Baden (Wilhelm Windelband, pero esencialmente Heinrich Rickert) planteaba desde 1902 la selección y conocimiento del objeto historiográfico (1915: 433). Walter Benjamin, por el contrario, desde “el Programa” (1917), ya ataca la noción de “sujeto intencional” que se encuentra en obra bajo la Wertbeziehung del neokantismo de Baden, y que volverá a aparecer más tarde en la filosofía de Heidegger travestida en la dimensión del primado del futuro y del Proyecto (Entwurf), como fundamento de nuestra relación con el pasado. En Benjamin la “inactualidad” del pasado se recupera desde una gramática del tiempo mesiánico, donde la idea de que el pasado aún existe como ruina y como espectro es fundamental, para entender que ese pasado comparece ante nosotros y se juega por así decir en segunda instancia. Estas ideas van a presuponer siempre en Benjamin un cierto uso de la teología, que está supuesta en su idea de revolución copernicana: El pasado, en Benjamin, a diferencia del “objeto histórico” heideggeriano que está siempre axiológica e intencionalmente mediado, nos propina(n) un shock, que Benjamin comparará en 1940, en su Tesis V “sobre el concepto de historia” a un “rayo” o a un “relámpago” (Blitz) (GS, I.2., p. 695). Si en el Trauerspielbuch, el shock de lo inactual se produce como “Alegoría” (Allegorie), en el período posterior de la década del treinta, éste se produce como “Imagen del pasado” (Bild der Vergangenheit) (Tesis V, GS, I.2., p. 695). Esta “Bild der Vergangenheit”, de carácter radicalmente fugaz, espectral, relampagueante, discontinua, como el shock mismo de la “memoria involuntaria” o “inconsciente”, no es un conocimiento acabado del pasado, pero al menos su inicio, “instante de su cognoscibilidad” (Augenblick seiner Erkennbarkeit) (Tesis V) que activa todo el trabajo de actualización (Aktualisierung) y de salvataje (Rettung) conducente a su conocimiento (Erkennis). Entre estos dos polos, situaremos la posición de Paul Ricoeur, quien ha prestado un oído fino al psicoanálisis y al trauma propios de la reconstrucción del pasado, a partir su obra seminal de 2000 sobre la historiografía, pero que otorga un papel central a la composición narrativa del tiempo historiográfico a partir de la dialéctica entre los polos de la mismidad y la ipseidad, como tensión constitutiva de la rememoración.