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Mesa Redonda: Paul Ricoeur en diálogo

Coordinador: Mario Presas (UNLP-Conicet)

Mesa Redonda: Paul Ricoeur en diálogo

Coordinador: Mario Presas (UNLP-Conicet)

Ricoeur es un profuso y atento lector, que entabla diálogos y tiende puentes con filósofos de distintas épocas y tradiciones. Esta vocación de diálogo atraviesa sus diversas obras constituyendo el modo mismo en que su propia filosofía se despliega a través de una red de mediaciones. Siguiendo este rasgo peculiar de su filosofía, en la mesa procuramos analizar algunos episodios fundamentales de sus lecturas y reapropiaciones –especialmente los casos de Husserl y de Heidegger, que pueden incluso ser considerados como sus “maestros”– , pero también rastrear las huellas de otras presencias más lábiles –Spinoza, Bergson, Benjamin–, que nos permitirán reconsiderar ciertas problemáticas bajo una nueva perspectiva –potencia, reconocimiento y narración–.

Anabella Di Pego (Universidad Nacional de La Plata) «Hacia una ampliación de la concepción de la narración. Paul Ricoeur y Walter Benjamin en diálogo».

En la concepción de la narración desplegada por Paul Ricoeur la trama desempeña un papel estructurador fundamental que opera una triple síntesis –entre los múltiples acontecimientos y la historia singular, entre los elementos heterogéneos que componen la historia y entre el tiempo como sucesión abierta e indefinida de lo que acaece y el tiempo narrativo signado por el cierre y la culminación. En este trabajo nos proponemos poner en diálogo esta perspectiva de Ricoeur con el análisis de Walter Benjamin en El narrador y en Sobre el concepto de historia. Esto nos permitirá desplegar un abordaje más amplio de la narración donde la centralidad de la trama resulta desplazada por la fragmentación y discontinuidad. Al respecto, procuraremos mostrar que concebir una narración discontinua implica reconsiderar la perspectiva convencional de la narración, lo que a su vez permitirá dar lugar para pensar ciertos movimientos y transformaciones de la narrativa y la novela contemporáneas.

Luciana Carrera Aizpitarte (Universidad Nacional de La Plata) «Heidegger y Ricoeur: aportes a la elucidación de una posible aporía entre epistemología y ontología en Ser y Tiempo».

Hediegger y Ricoeur: aportes a la elucidación de una posible aporía entre epistemología y ontología en Ser y Tiempo.

En “La tarea de la hermenéutica desde Schleiermacher y desde Dilthey”, Paul Ricoeur sostiene que el giro ontológico que Heidegger imprime al problema de la comprensión permite superar el carácter problemático de la distinción entre explicar y comprender, pero al precio de instalar una aporía entre epistemología y ontología A la luz de este planteo, la tarea que nos proponemos aquí es un examen de las consideraciones heideggerianas en torno a la comprensión tal como aparecen en Ser y Tiempo, a fin de determinar en qué medida la estructura del círculo hermenéutico y la apelación de Heidegger a elaborar las anticipaciones de modo científico, según “las cosas mismas”, puede representar un aporte a la cuestión epistemológica mencionada por Ricoeur, incluso careciendo de una específica explicitación de las condiciones de control de las anticipaciones.

Ana Larran (Universidad Nacional de Salta) «Ricoeur y Spinoza: la vida como potencia».

Ricoeur no es reconocido como un lector o promotor de Spinoza, si bien el mismo declara que las lecturas y el desarrollo del conatus del pensador holandés ha tenido gran influencia en la formulación del concepto de la identidad ipse, tal como la presenta en “Sí mismo como otro” (1990).

En este trabajo queremos subrayar algunos puntos donde la lectura de Spinoza nos parece fundamental para entender el desarrollo de la ontología y ética ricouerianas. Estos puntos van a girar en torno a dos conceptos claves en las filosofías de ambos autores: el de vida y el de potencia. Para ambos vida es potencia.  La conexión entre el conatus spinozista y el fondo de ser, a la vez efectivo y potencial, donde Ricoeur destaca el obrar humano y recupera la noción de ser aristotélica según el binomio δυναμις/ἐνεργεια, resulta fundamental para comprender la orientación de la ontología de Ricoeur. Para el pensador francés, el pensamiento de Spinoza puede converger en torno a la idea de vida, que se puede comprender también como productividad, lo que encierra tanto la potencia como los actos realizados. En este punto, Ricoeur logra encontrar en la historia de la filosofía, un pensamiento que se separa de la tradición sustancialista, donde la οὐσία tiene un papel protagónico.

El Sí-mismo abandona la abstracción del Cogito y se presenta fenoménicamente dentro de un mundo donde actúa, y en ese accionar, diverso, se va conformando la identidad. El Sí-mismo abraza la vida y la diferencia, pues esto es lo que lo constituye, lo que lo hace ser. Es abierto al otro y a la contingencia, al movimiento. Esta apertura al otro se da en tanto el sí mismo se presenta como ser deseante, carente y necesitado. Pero este deseo no es negatividad pura, como se lo pensó en la tradición hegeliana, sino que es el impulso que hace surgir el “Conatus”, el deseo de ser, de existir, de autoafirmarse. La angustia de la nada tiene como contrapartida ese esfuerzo por vivir y la alegría de manifestarse constantemente como Sí-mismo. Este ser ambiguo, necesitado pero capaz,  es el núcleo de la ontología de Ricoeur, que lo une fuertemente a los planteos de Spinoza.

La apuesta fuerte de este trabajo está en la presentación de los elementos spinozistas dentro del concepto de potencia, que Ricoeur afirma tomar de categorías aristotélicas. Una relectura desde Spinoza puede darnos un giro diferente, que nos abren nuevos horizontes en la interpretación de la ontología de Paul Ricoeur.


Alejandra Bertucci (Universidad Nacional de La Plata) «Ricoeur y Husserl».

 

David Carr resalta lo llamativo del interés de la generación existencialista francesa por la filosofía alemana en el momento en que la enemistad entre los dos países alcanzó su punto máximo en la Segunda Guerra Mundial. Lecturas sobre Hegel, Heidegger y en especial Husserl[1] ocupan a los jóvenes filósofos franceses por esta época. Ricoeur no es el primero en ocuparse de Husserl; Levinas, Sartre y Merleau-Ponty escriben sobre él en los años 30 y en los inicios de los 40, y parte importante de sus propias filosofías está determinada por cómo se posicionan con respecto a la fenomenología husserliana. 

Lo que distingue al tratamiento de Ricoeur sobre el tema, y que es propio de su estilo en general, es lo cuidadoso de su trabajo textual que se ve reflejado en su contribución más importante en este campo: la traducción de Ideas I en 1950. Dice Carr:

He (Ricoeur) is no less critical of Husserl tan his other compatriots are, nor is he less original in the ways he incorporates Husserl’s insights and methods into his own work. But Ricoeur insists on basing his judgments on a close and careful analysis of Husserl’s work. (Ricoeur, 2007, p. xi)

El propósito del presente trabajo será reconstruir en el periodo de la filosofía de la voluntad  los límites y limitaciones que Ricoeur cree encontrar en el desarrollo de fenomenología de Husserl en relación con el existencialismo francés del cual se siente parte más allá las diferencias que pueda tener con Sartre y Merleau-Ponty.

 

Juan Blanco Ilari (Universidad Nacional de General Sarmiento) "La recepción de la retórica en la hermenéutica de Paul Ricoeur".

Quisiera poner todo este trabajo al abrigo de una imagen que el mismo Ricoeur nos convida y que condensa el ritmo y el color de su pensamiento. Tomo la imagen de la periferia, de una entrevista realizada en 1993 (para la radio y televisión belga) y publicada en 1999 (en el texto Paul Ricoeur: L´unique et le singulier). Ricoeur confiesa a su entrevistador que lo que entiende por quehacer filosófico esta simbolizado en el cuadro de Rembrandt “Aristóteles mirando el busto de Homero”. Ricoeur realiza una rápida interpretación de la imagen en la que deja en claro el lugar intermedio que ocupa el pensamiento filosófico. En efecto, el filósofo no mira el busto del poeta, lo toca. El pensamiento filosófico debe estar en contacto con la poesía. Pero, además hay un tercer personaje en el cuadro que no aparece en el nombre y que solo percibe una mirada atenta. Se trata de la imagen de Alejandro (el político) que está grabada en la medalla que luce el filósofo. Esta tríada: filosofía-poesía-política es la que la retórica clásica conjuga. Ricoeur procura administrar dos espacios controversiales en los que se juega la retórica y la hermenéutica. Por un lado el rescate del pensamiento figurativo, del lenguaje multívoco, propio de la poética, y por otro la necesidad de la argumentación, de la búsqueda racional de lo convincente y persuasivo. Tal vez esta difícil mediación sea otro modo de expresar la dificultad de conjugar armoniosamente explicación y comprensión en el seno del pensar filosófico.

 

 



[1] En la misma línea Descombes en su libro sobre la filosofía francesa caracteriza generación del 30, 40 y 50 del siglo XX como la generación de las “Tres H”, debido a su interés en Hegel, Husserl y Heidegger, luego de 1960 la filosofía francesa va a estar dominada por los maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud (Descombes, 1998, p.16)

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